El silente paso del canario

Gran Canaria es una isla donde lo desigual acapara tonalidades parejas, y lo antagónico acaba deviniendo en abrazo de unión, hermanado a esa simbiosis que esculpe el transitar de la gente; el ensamble entre lo urbano, lo rural y la marinería. “El silente paso del canario” le da énfasis al hombre de campo conversando con el surco, al pescador arrullado por la Luna, y al ciudadano común que ve el diálogo como una especie de lirismo. El personaje principal es un campesino que emigró siendo un imberbe, y los restantes son personas de ciudad –inclusive una de ellas es extranjera-. Empero, en ese acople de edades, procedencia y estaturas culturales, jamás se discriminan. Al contrario, todos esgrimen una característica común; el cultivo de la amistad, expresando el espíritu humano, hospitalario e integrador del pueblo grancanario, que, al estar forjado en mil avatares, sabe extender la mano sin preguntarse a quien la ofrece.