Ciudad Eufemia: orgullosa poseedora de palacios coloniales, de grandes rascacielos y una rica historia nacional, ofrece una gran vida en lujosos edificios para quien pueda pagársela. Por otro lado, es también el escenario de una humanidad decadente que se destruye a sí misma como ratas entre alcantarillas. Los pobres se violentan en el tren subterráneo entre vendedores de caramelos, se acuchillan por agua o gasolina, caminan entre calles inundadas de excreciones o se encierran en sus cubos de cementos a beber refresco gaseoso frente a una pantalla después de largas horas de trabajo intenso. ¿Qué separa un mundo del otro? Aparicio, vástago nacido en el municipio de Salitre, periferia de Eufemia, (territorio al que luego se le llamará también “ciudad” no por su glamour, sino por su densidad poblacional), lo descubrirá y tomará venganza contra ese mundo que debe ser castigado por un Dios sin poderes en la década de los 20 del siglo XXI. “PADRE RICO : HIJO POBRE”, atraviesa lo bucólico y lo ciberpunk con una vara pesimista y un espíritu rebelde como pocas novelas de este tipo; nos presenta a este antihéroe heredero del decadentismo, el nihilismo y el ciberpunk del siglo XIX y siglo XX sin pretender una venganza teórica o filosófica contra el mundo que transcurre entre el cemento y en los cielos, lo tradicional y lo virtual, sino envolviéndose neuróticamente en el mundo que nos ha tocado vivir.