Factor de crecimiento epidérmico y cuidado de la piel

Los factores de crecimiento son proteínas que se encuentran en muchos organismos diferentes, como plantas, insectos y animales, incluidos los humanos. Desempeñan un papel enorme en la regulación del crecimiento, la proliferación y la diferenciación celular. Los factores de crecimiento se descubrieron por primera vez en la década de 1950 y los científicos completaron la investigación y recibieron el Premio Nobel en 1986. La aplicación de los factores de crecimiento en productos para el cuidado de la piel, junto con sus investigaciones farmacéuticas y dermatológicas, se ha ido expandiendo desde entonces. Los factores de crecimiento consisten en muchas subfamilias, incluido el factor de crecimiento epidérmico (EGF), el factor de crecimiento de fibroblastos (FGF), el factor de crecimiento similar a la insulina (IGF), la eritropoyetina, el hematopoyético, solo por nombrar algunos. Como una de las sustancias naturales que se encuentran en las células de la piel humana, este grupo de proteínas repara las células dañadas y, cuando está presente en la piel, estimula la producción de colágeno y elastina para mantener una piel sana y joven. Este libro se centra en EGF y FGF. EGF: el factor de crecimiento epidérmico ayuda a estimular el crecimiento celular en los tejidos de todo el cuerpo humano. Al unirse al receptor EGFR, esta proteína aumenta el recuento de células y la renovación de la piel al tiempo que aumenta la producción de colágeno y elastina, lo que reduce las arrugas y rejuvenece y mejora la textura de la piel. FGF – Factores de crecimiento de fibroblastos; Con un total de 22 miembros de la familia, FGF estimula la proliferación de fibroblastos, la cicatrización de heridas, el desarrollo embrionario y la angiogénesis. También promueve el desarrollo de los vasos sanguíneos y la síntesis de colágeno de la dermis.