La rebelión de los arruinados

Gracias a la producción de las empresas: cobran el sueldo todos los empleados del Estado Central, los de las Autonomías, los de las Diputaciones, los alcaldes, los concejales, los jubilados, los parados, los sindicatos y siempre habrá algunas otras organizaciones que también les alcance la generosidad de las Administraciones Públicas. ¿El día qué arruinen todas las empresas, de donde cobrarán sus honorarios? En vez de agradecerles lo que hacen, por nuestra economía, los insultan, llamándoles estafadores, todo sea dicho, por considerar injusto tener que pagar el impuesto “revolucionario” de los 45 días por año trabajado. Este impuesto, nunca lo quitarán, aunque se arruinen todas las empresas. El día que el despido sea libre y gratis, como debe de ser, a los sindicalistas se les habrá acabado en chollo de vivir sin trabajar.