Wherever

Trabaja lunes, martes y miércoles, de repartidor en la mosaiquera de un amigo. Así le alcanza para costear los vodkas y tequilas que le gusta tomar los fines de semana, y también para fumar diario. De vez en cuando, a Emanuel hasta le sobra para un purito de Sanborn’s. Domingos y jueves los pasa acompañado de su cuarto, en la cama fumando, hojeando alguna revista: porque él, sin duda, pertenece al selecto circulito de los cultos. También lee unos seis libros al año. Tiene veintiún años y una vida que atender, pero mientras se emborracha, que ella se atienda sola, dice el pobre diablo. Es como ustedes y como yo, pero más lo segundo. Marcela es vendedora de aparador en una de las grandes farmacias del centro, esa es la herencia de su mamá: un empleo estable y un par de nalgas antojables. Tiene cuarentaicinco años…