Asomarse en la historia es de por sí muy interesante, y cuando es a través de los ojos y vivencias en primera persona, esa historia se convierte en el momento actual, a través del que se comparten emociones e inquietudes. He tratado de transcribir sus memorias, incompletas por el transcurrir del tiempo, de la forma más fidedigna posible, si bien es cierto, que en ocasiones, y por mi falta de entendimiento puede darse algún nombre incorrecto, a lo que abogo a la comprensión del lector. A su vez, he incorporado referencias adicionales, para el que tenga afán de profundizar más en la historia. Este maravilloso relato, se escribió, sin más afán que el de narrar la vida, de uno más, como indica su autor, hace casi un siglo. Y en él, sorprende hallar afirmaciones descritas hace casi 100 años, en 1.933, como la siguiente, que coinciden de manera sorprendente con nuestro pensamiento diario: “… Ahora se vive más deprisa y todo se hace monótono y pesado hasta conseguir el fin deseado…”, lo que nos demuestra, que pese al paso de la historia, nuestra subjetividad en el momento presente y nuestra naturaleza, nos hace compartir sensaciones aún y con el paso del tiempo. Tras estas líneas, se esconde también, la figura de una de esas personas tantas veces olvidadas por el paso del tiempo, cuya importancia y relevancia en la época y en su legado, no nos deberíamos permitir.