Crónicas Mágicas

Sentía sus pies fríos, pero no puso mucha atención a esto, solo continuo bajando escalón por escalón hasta llegar a la mitad de las escaleras, donde podía ver con claridad hacia la entrada de la casa, no había nadie allí, pero la luz de la luna entraba por cada ventana iluminando toda la estancia, continuo bajando hasta encontrarse junto a la sala de estar y la entrada a la cocina, la puerta de la cocina estaba cerrada, pero eso no fue lo que llamo su atención, podía escuchar como su abuelo hablaba en susurros, incluso pensó que lo había descubierto, pero no fue así, Gabe se acercó a la puerta y escucho con atención. Solo podía escuchar a su abuelo, hablando, aunque parecía bastante molesto. - ¡Aléjense de aquí, no son bienvenidas en esta casa! -, exclamo desde el otro lado de la puerta -, ¡fuera de mi casa!...