El Árbol de la Sangre

El Árbol de la Sangre desovilla la historia de Santos Condorí y su esfuerzo por obtener “la tierra de uno”, la que permitirá crecer, pero que la mayoría reconoce como utopía carente de sentido, por cuanto “la tierra es de todos”, así como afirmaron los antiguos que la fueron conformando para dejarla en manos de quienes la poblarán hasta hacerla florecer. Pero los hijos no tienen los mismos sueños: caminan rumbos renovados y necesitan ser partes del mundo sacudido por estremecimientos cada amanecer más formidables, comunicaciones rápidas, conocimientos al alcance de las manos, tecnología alucinante, necesidades de disfrutar todo lo que el flamante siglo ofrece. Para ellos “la tierra de uno” o la “tierra de todos” son insuficientes, no pesan en las ansiedades, y se alejan de ambas quimeras para encontrar y luchar por otras realidades.