Mi Querido Navegante

El mar siempre ha sido refugio de toda pena y la poesía es el modo de expresión de esa pena, que nos pone a navegar mar adentro, en medio de galernas de viento y por sobre los huracanes de la conciencia. Parece que las naves del Vate decidieron romper sus amarras y lanzarse tras lo inescrutable. Pero nuestro lírico hermano va tomando consciencia de su intrépido navegar de Bardo lleno con nuevos anhelos y habla para su adentro cuando aconseja y previene al rebelde Quijote que llevamos dentro gritándole en su partir : “¡Ten cuidado de tí mismo!” ¡Poeta! Cada verso es un cúmulo de metáforas que afirman y confirman el impetuoso deseo del Juglar en encontrarse así mismo, en medio de un valladar de promesas inconclusas y deseos insatisfechos, que alimentó en la poesía de sus primeros días y hacia los que está dispuesto a retro navegar hasta llegar nuevamente a sus años de borrascosa juventud y gritarle con nostalgia a su poesía: ¡NAVEGA POETA!